Bautismo del Señor
- Tony Salgado
- 14 ene 2022
- 2 Min. de lectura
09/01/22
Bautismo del Señor
¿Sabías que desde la celebración de la Epifanía del Señor, hace tan solo 3 días, hasta hoy, han pasado ya 30 años en la vida de Jesús?
Un primo segundo suyo (hijo de Isabel, prima de María), de nombre Juan, era conocido en toda Judea y lo llamaban “el Precursor” y “el Bautista”. No se conocían personalmente, aunque Juan ya sabía de la existencia de Jesús, a quien había percibido perfectamente desde el vientre materno, cuando María fue a visitar a Isabel, a punto de parir y estando ella también embarazada.
En aquellos días se presentó Juan el Bautista, predicando en el desierto de Judea. Decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».
Juan era aquel de quien había escrito el profeta Isaías: “Voz de uno que grita en el desierto: Preparen el camino para el Señor, háganle sendas derechas”.
La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Acudía a él la gente de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región del río Jordán, que discurre en esa zona entre el mar de Galilea y el mar Muerto. Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán.
Cuando le preguntaron si era él el Cristo, Juan les respondió: “Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más poderoso que yo; a quien no soy digno de desatar la correa de sus sandalias; Él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego”.
Mientras tanto, la vida pública de Jesús aún no había comenzado y había permanecido en su casa de Nazaret trabajando como carpintero, junto a su padre, y leyendo las escrituras en el templo de su pueblo.
Jesucristo cumplía treinta años de edad y Él también fue desde Nazaret al Jordán, buscando a Juan para recibir de él el bautismo.
Pero cuando Juan lo reconoció, se consideró indigno de bautizar a Jesús y le dijo: “Yo soy el que necesito ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí?”.
Pero Jesús, en respuesta le dijo: “Deja ahora, no me detengas. De esta manera nos es necesario cumplir toda justicia”. Se refería a cumplir todo según la ley de Dios y dar el ejemplo a las personas que allí estaban.
Entonces Juan obedeció y bautizó a Jesucristo.
Luego de consumado el bautismo y cuando Jesús salió del agua, de repente se abrieron los cielos sobre Él, y Juan vio al Espíritu de Dios, el que, en forma de paloma, descendía sobre Jesús, y del cielo fue oída la voz de Dios Padre: “Este es Mi Hijo amado, en el cual está mi benevolencia.”
Entonces Juan finalmente se terminó de convencer de que Jesús era el esperado Mesías, el Hijo de Dios, Salvador del Mundo.
La fiesta del Bautismo del Señor es llamada también Teofanía (del griego, aparición de Dios), porque en el momento del bautismo Dios manifestó a las personas que Él es la Santísima Trinidad. Dios Padre habló desde el cielo, el encarnado Hijo de Dios se bautizó y el Espíritu Santo descendió en forma de paloma.
Y también en el bautismo la gente vio por primera vez que en la persona de Jesucristo apareció un hombre, pero también y juntamente, Dios.
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