Agencia EFE, editado por Tony Salgado
Abril, 2024
Desde que hace una semana la policía intentara desalojar una acampada pro Palestina en el campus de la Universidad de Columbia en Nueva York, el movimiento de protesta se ha extendido a unos 60 espacios universitarios, según el recuento de este viernes del diario The New York Times, elaborado con base en publicaciones en redes sociales y medios locales.
Como resultado, detuvieron a unas 500 personas. Los últimos arrestos se han producido en la Universidad Estatal de Ohio, donde anoche fueron detenidos 36 manifestantes. Por su parte, en la Universidad Estatal de Arizona hubo varias detenciones, de acuerdo a la cadena local afiliada a ABC.
Además, la universidad privada George Washington, situada en el centro de la capital estadounidense, advirtió a los estudiantes que el jueves iniciaron una acampada, que cualquiera que permanezca en el campus puede ser suspendido temporalmente y recibir una prohibición administrativa de acceso.
Asimismo, la Universidad de Florida (UF) amenazó con la suspensión. Hasta con una expulsión de tres años a los estudiantes que se manifiesten en el campus.
Más de 75 estudiantes montaron un campamento en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, con una gran pancarta en la que se puede leer: ‘¿Qué has hecho tú para acabar con el genocidio?’
Además, los legisladores Alexandria Ocasio-Cortez y Jamaal Bowman, que representan distritos de Nueva York y lideran el ala progresista del Partido Demócrata, visitaron el campus de la Universidad de Columbia para mostrar su solidaridad con los estudiantes.
“Cualquier líder que haya recurrido al uso de la fuerza y la violencia contra personas que se manifiestan pacíficamente debería sentir una profunda vergüenza”,
Las protestas tienen como objetivo mostrar su oposición a la guerra en Gaza, que ya ha cobrado más de 34.000 vidas. Y expresar su rechazo al apoyo incondicional que presta Biden al Gobierno del presidente israelí, Benjamín Nentanyahu.
Además, los manifestantes exigen que las universidades eliminen las inversiones que mantienen en fabricantes de armas. No desean que el dinero que pagan con sus matrículas vaya a alimentar el conflicto en Gaza.
“La gente está abriendo los ojos y no está de acuerdo con lo que está pasando”, aseguró M., que explicó que el jueves a primera hora de la mañana se estableció el campamento con unas 20 personas y que cuando llegaron al centenar apareció la policía antidisturbios a desalojarlos.
“Nos rodearon y trataron de intimidarnos, pero llegó tanta gente a apoyarnos que rodearon a los policías, que acabaron retirándose”, explicó la estudiante cubriendo parcialmente su rostro con una kufiya.
Más tarde, los estudiantes celebraron la victoria disfrutando de una cena masiva y actuaciones de artistas solidarios.
Los campamentos pro Palestina se han extendido por diferentes universidades en Boston, como Tuft University, y en Cambridge, como la prestigiosa Harvard. Donde la administración no ha tomado acciones contra los manifestantes, pero ha cerrado el acceso al campus a toda persona sin identificación de la institución.
Un estudiante del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) que quiso ser identificado como Rami, explicó a EFE que sus compañeros fueron los primeros de las universidades del área de Boston que levantaron un campamento, el pasado domingo.
Nacido y criado en Palestina, donde todavía vive la mayor parte de su familia, Rami indicó que después de lo que ocurrió en la Universidad de Columbia (Nueva York) pensó “que era una buena idea”.
Dijo que los estudiantes de los campamentos son personas “apasionadas” por la causa Palestina. “Estamos conectando con mucha gente también apasionada por la defensa de los derechos humanos y estamos dando una imagen muy poderosa”.
“Los palestinos saben lo que está pasando en las universidades de EE.UU. Es la primera vez que Palestina experimenta un apoyo global y gracias a las redes sociales se está mostrando que todo esto es más grande que todo lo que ha pasado antes”, subrayó Rami.
Estudiantes de universidades como Harvard y el MIT defienden que pueden cambiar el mundo para hacerlo más sensible a los derechos humanos, al exigir un cese el fuego en Gaza, y elevar el nivel de la movilización a los tiempos del movimiento contra la guerra de Vietnam de finales de los 70.
Los estudiantes insistieron en que el país no había experimentado una movilización tan mayoritaria “desde los años de la guerra con Vietnam”.
Hasta aquí, los hechos. Buceemos entonces un poco en la historia
La Guerra de Vietnam fue un conflicto armado que se desarrolló durante la Guerra Fría. El suceso enfrentó al gobierno comunista de Vietnam del Norte y sus aliados en el sur, conocidos como el Vietcong, y al gobierno de Vietnam del Sur y su principal aliado, Estados Unidos.
El conflicto tuvo su origen en las guerras de Indochina de los años 1940 y 1950, cuando el líder vietnamita Ho Chi Minh se enfrentó al dominio colonial de Japón, en primera instancia, y luego con Francia.
El Viet Minh, la Liga para la independencia de Vietnam, fue el ejército que se inspiró de la Unión Soviética y China para, durante ocho años, enfrentarse al ejército francés en búsqueda de su independencia.
Francia, financiada y suministrada en gran parte por Estados Unidos, fue derrotada en mayo de 1954 y dio por tierra su dominio colonial en Indochina.
En ese mismo año los negociadores de Francia y el Viet Minh firmaron el Acuerdo de Ginebra para establecer una línea de demarcación territorial que dividiría Vietnam. Mientras que el norte estaba liderado por Partido Comunista, los franceses en el sur transfirieron su poder al Estado de Vietnam.
Mientras Vietnam del Norte intentó unificar todo el país bajo un único régimen comunista inspirado en la experiencia soviética y china, el gobierno de Vietnam del Sur luchaba por preservar un sistema más estrechamente alineado a Estados Unidos.
La situación escaló hasta tal punto que, en 1961, el entonces presidente de Estados Unidos, John Kennedy, optó por ampliar el programa de ayuda militar debido al temor de que la “teoría del dominó” funcionara en Vietnam y se esparciera en el resto de Asia.
A comienzos de la década del ’70 y luego de varios reveses militares, Estados Unidos decidió retirarse de la contienda.
El interrogante acerca de quién resultó victorioso en dicha “Guerra contra los estadounidenses para Salvar la Nación” tiene dos respuestas.
Mientras la retirada de las tropas norteamericanas fue tomada como una derrota, su escaso número de bajas y el hecho de que la mayoría de los combates hayan sido ganados por Estados Unidos, fueron tomados como una victoria en la guerra.
Por otro lado, existe una segunda respuesta que favorece a los vietnamitas del norte. Si Estados Unidos entró en Vietnam con el objetivo principal de impedir una toma comunista de la región, fracasó. Vietnam del Norte y del Sur se unieron bajo una bandera comunista en julio de 1976. El malestar interno y el costo financiero de la guerra hicieron que la paz y el retiro de las tropas fuera una necesidad, no una elección.
En ambos bandos se registró un total de dos millones de civiles muertos, además del fallecimiento un millón de combatientes vietnamitas del norte y del Vietcong. Por parte de Estados Unidos calcula entre doscientos mil soldados de Vietnam del Sur fallecidos en combate y un total de sesenta mil soldados del ejército norteamericano.
Tengo todavía frescas en mi memoria los primeros viajes que tuve que hacer a Estados Unidos a partir de 1974, y durante casi cuatro décadas.
La sola mención de la guerra en Vietnam era sinónimo de bochorno y desolación entre la gente de mi edad.
No fueron pocos los casos de excombatientes que terminaron con sus facultades mentales alteradas y tuvieron gravísimos problemas de inserción social a su regreso.
Nunca entendieron por qué luchaban y estaban allí, en medio de ejércitos que los superaban ampliamente.
Fue una durísima derrota que aún les duele al día de hoy.
Por ende no me extraña en absoluto que una o dos generaciones posteriores se manifiesten abiertamente en favor de la paz dentro del ámbito universitario, en una absurda guerra que se está cobrando miles de muertos diariamente.
Mi total solidaridad con ellos.
Tony Salgado
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